Nunca pensé que me costaría tanto despedirme de vosotros ... me lo habéis puesto muy difícil.
Me dejasteis sin palabras con vuestro cariño, vuestros regalos y vuestras sorpresas. Vuestra dedicatoria final en el vídeo de la graduación es el mejor regalo que se le puede hacer a un profesor. Nunca olvidaré ese día de sorpresas y de emociones contenidas. Porque aunque la fachada se mantenga a duras penas, el interior temblaba como los cimientos de Rusia durante la I Guerra Mundial (perdón por la cita). Os hubiera abrazado a todos pero ya veis ... a cambio os escribo mi último artículo, y me gustaría que pulsarais en el enlace que os dejo abajo.
Es de mi despedida a mi única tutoría en el "Cuatro Villas" en ella les decía que nunca estarían solos porque siempre podrían contar conmigo; vosotros habéis conseguido que el efecto sea el contrario, nunca me sentiré solo con los recuerdos que me habéis dejado.
Hasta siempre muchach@s; yo también os quiero.